Nos dice que la oración, en la tradición católica, no es una técnica, como en las religiones orientales, que depende del hombre y sus aptitudes, sino que es una gracia, un don gratuito de Dios, aunque hemos de aprender a recibirlo.
Al ser un don, todos estamos llamados a la unión con Dios en la oración. "No hay absolutamente nadie excluido". "Jesús... se dirige... a todos sin excepción".
Nos cuenta todas las dificultades que podemos encontrar en la oración: aridez, desgana, tentaciones, distracciones; y cómo superarlas.
Tenemos que tener en cuenta que "la vida de oración no es una realidad estática, sino que sigue un desarrollo, unas etapas, un progreso no siempre lineal, por supuesto, con ocasionales retrocesos ¡al menos aparentes!"
Cita textos de los santos, que nos enseñan mucho sobre la oración, y nos remite a su lectura.
Y también hay un apartado sobre el Rosario, dentro de los métodos de oración.
Otro libro del que también he aprendido mucho.
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