Se pone la mano izquierda encima de la derecha como formando un trono para recibir al Señor. Cuando el sacerdote la deposita, se coge con la mano derecha (la que está abajo) y se comulga. Después de esto ya se puede retirar la persona a su sitio.
Se recomienda después de comulgar así, mirarse bien las manos por si queda algún resto de la Forma, ya que en cada partícula, por pequeña que sea, está presente el Señor, y recogerlo con un dedo mojado en saliva. Por este motivo hay que tener muchísimo cuidado de que no quede ningún resto, ni caiga al suelo, ni lo pisemos...
Los modelos de las fotos son don Antonio y Amalia, y algún trozo de sus amigos por ahí danzando.
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