Lo reconozco, uso el móvil en la Iglesia, pero que conste que digo en la Iglesia, no en la Misa.
Hace un tiempo que me recomendó cierto cura leer la Biblia ante el Sagrario. La verdad es que no le hice mucho caso, pensaba que eso daba igual, que en mi casa estaba yo más tranquila leyendo; pero me pasó una cosa, de esas que pasan. Estaba una tarde siguiendo sus órdenes de leer la Biblia, pero en mi casa, y no había forma de concentrarme, oí tocar la primera campanada de la Iglesia y decidí largarme para rezar un poco en la capilla antes de Misa.
Llegué, le dije unas cuantas cosas al Señor y después no sabía por donde seguir. Vi en un banco delante del que yo estaba, una hoja parroquial de las que reparten los fines de semana y pensé que como tienen el Evangelio y me había aconsejado el cura leer la Biblia ahí, lo cogí y fui en busca del Evangelio. Me di cuenta que la fecha era de unas cuantas semanas atrás, y al ver el Evangelio resulta que era el mismo pasaje que estaba leyendo en mi casa, en el que no conseguía concentrarme y además con unas preguntas al final sobre ese pasaje para meditar.
Así que, indirecta (o directa) recibida. Desde entonces procuro irme antes de que empiece la Misa y leo un ratito la Biblia. Pero no me llevo el libraco, sino el móvil con la aplicación La Sagrada Biblia de ACI Prensa, o el libro electrónico con el Nuevo Testamento que me compré de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
El móvil sirve para algo más que llamar, es muy útil cuando uno desea orar y no sabe por donde empezar, buscas y tienes todo a mano....
ResponderEliminarSí que es verdad. Tenemos que saber aprovechar lo bueno que nos traen las nuevas tecnologías.
ResponderEliminarGracias por compartir con los que te seguimos estas buenas ideas de la vida diaria que nos enriquecen. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti, marinside, por pasarte por aquí. Creo que las ideas no son mías, me parece a mí que es Alguien que pone a personas y las ideas en mi camino. Un abrazo. Me encanta tu blog.
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